“Las obras se crean con las manos y el corazón.
Las teorías vienen despues,
cuando ya existen las obras” Marc Chagall, pintor (1887-1995)
Pinturas
De Soles y Lunas
De color brasilero
La Búsqueda
Carbonillas
Parejas
Mujeres
Rostros de ellas
Hombres
Rostros de ellos
Bodegones
Pinturas - De Soles y Lunas (1988-2011)
Joel 2.32Comprar
Bajo la gran luna inmóvil(Premiada)Comprar
Y la noche de Dios es infinitaColección Privada
La noche nos impone su tarea mágicaColección Privada
Como esperando un angel(Premiada)Colección Privada
Si ésta gran luna de mi soledad,me perdonaComprar
Vi un cielo nuevo y una tierra nuevaColección Privada
Eres bella...Comprar
Alta en el cielo, altiva y alabada.(La Barca)Colección Privada
Jehová es allíColección Privada
La luz de la desierta madrugadaColección Privada
Ya todos los caminos estan cercaColección Privada
COMENTARIOS
Santiago Raigorodsky:
Conozco a Diana Napolitano hace ya bastante tiempo. Era allí por el año 1971, o quizás 1972.
La conocí sin haberla visto, veía su pintura. Compartíamos estudios de pintura en la querida galería Magenta, propiedad de Miguelito Sessa. Los talleres de arte los dirigía un excelente pintor, con quien tiempos después me unió una intensa amistad, Néstor Berllés.
Recuerdo momentos de silencio, cuando no había nadie en el taller y yo me entusiasmaba mirando la pintura de otros, que como yo, eran enamorados del arte. Y había allí, entre todos, unos trabajos que me atraían. Eran trabajos con un fuerte y exuberante colorido, de gruesos empastes, prácticamente abstracciones de líneas sinuosas, nerviosas, rítmicas.
Así y allí conocí a Diana Napolitano, la autora de esos trabajos. El tiempo, el afecto, el respeto nos llevó a compartir muchas cosas. Sobre todo el amor por el arte.
Conocí a su padre, su familia, excelentes personas y sobre todo grandes artistas, músicos todos ellos. A través de Diana conocí también su amor por la poesía, ella declamaba excelentemente y me ayudó a conocer infinitos poetas, su admiración por Borges, Porfirio Barbas Jacob, Machado, Marcos Ana y tantos otros que quedaron en memoria y esos momentos tienen en el hoy su prolongación.
Junto a amigos de entonces, los hermanos Prignano, Mabel Valencia y tantos otros que no sé si siguen aquí, pintando, ni se que ha sido de ellos. Pero fueron amigos con los que compartimos nuestros primeros pasos como pintores. Con ellos realizamos nuestras iniciales exposiciones colectivas.
La vida nos fue llevando y Diana, como todos, tuvo momentos buenos y de los otros, pero jamás abandonó la pintura, su mundo de arte, su pasión, sus ensueños y sus proyectos.
La vida en Brasil, seguramente, le significó momentos de grandes cambios, su sensibilidad, siempre a flor de piel, la llevó a un mundo de experiencias imborrables. Pero Brasil fue por encima de muchas cosas el vivir con plenitud, nuevas gente, nuevos amigos, otra cultura, su alegría, y también su tristeza, su luz, su música, su color, sus poetas, como Vinicius, como Drumond de Andrade y tantos otros, engrandecieron y nutrieron su mundo y su alma.
Cuando Diana, luego de unos cuantos años volvió a Argentina, perdimos el contacto. La vida nos llevó por diferentes caminos. No obstante no vernos físicamente, de una manera u otra, siempre supimos el uno del otro.
Seguí su trayectoria incansable, y pude ver que sus obras se fueron haciendo más figurativas. Paisajes urbanos, las plantas, las naturalezas muertas, los desnudos comenzaron a aparecer. Y siempre su color desbordante, la sensualidad de sus líneas y sus figuras, el desborde de su temperamento que unas veces la han llevado a un expresionismo pleno de vigor y exaltación. Otras veces, otros momentos, seguramente de mayor tranquilidad emocional, han hecho aparecer imágenes más ingenuas, llenas de sinceridad y candor. Esto último, sobre todo lo podemos apreciar en muchos de sus dibujos y grabados, cuando el color no desata el ritmo de su pasión. Hoy Diana, luego de tantos años, ayer casi, sigue pintando, escribiendo, amando la vida y sigue regalándonos su arte
Santiago Raigorodsky, Artista plástico y escritor, Barcelona, España
Conozco a Diana Napolitano hace ya bastante tiempo. Era allí por el año 1971, o quizás 1972.
La conocí sin haberla visto, veía su pintura. Compartíamos estudios de pintura en la querida galería Magenta, propiedad de Miguelito Sessa. Los talleres de arte los dirigía un excelente pintor, con quien tiempos después me unió una intensa amistad, Néstor Berllés.
Recuerdo momentos de silencio, cuando no había nadie en el taller y yo me entusiasmaba mirando la pintura de otros, que como yo, eran enamorados del arte. Y había allí, entre todos, unos trabajos que me atraían. Eran trabajos con un fuerte y exuberante colorido, de gruesos empastes, prácticamente abstracciones de líneas sinuosas, nerviosas, rítmicas.
Así y allí conocí a Diana Napolitano, la autora de esos trabajos. El tiempo, el afecto, el respeto nos llevó a compartir muchas cosas. Sobre todo el amor por el arte.
Conocí a su padre, su familia, excelentes personas y sobre todo grandes artistas, músicos todos ellos. A través de Diana conocí también su amor por la poesía, ella declamaba excelentemente y me ayudó a conocer infinitos poetas, su admiración por Borges, Porfirio Barbas Jacob, Machado, Marcos Ana y tantos otros que quedaron en memoria y esos momentos tienen en el hoy su prolongación.
Junto a amigos de entonces, los hermanos Prignano, Mabel Valencia y tantos otros que no sé si siguen aquí, pintando, ni se que ha sido de ellos. Pero fueron amigos con los que compartimos nuestros primeros pasos como pintores. Con ellos realizamos nuestras iniciales exposiciones colectivas.
La vida nos fue llevando y Diana, como todos, tuvo momentos buenos y de los otros, pero jamás abandonó la pintura, su mundo de arte, su pasión, sus ensueños y sus proyectos.
La vida en Brasil, seguramente, le significó momentos de grandes cambios, su sensibilidad, siempre a flor de piel, la llevó a un mundo de experiencias imborrables. Pero Brasil fue por encima de muchas cosas el vivir con plenitud, nuevas gente, nuevos amigos, otra cultura, su alegría, y también su tristeza, su luz, su música, su color, sus poetas, como Vinicius, como Drumond de Andrade y tantos otros, engrandecieron y nutrieron su mundo y su alma.
Cuando Diana, luego de unos cuantos años volvió a Argentina, perdimos el contacto. La vida nos llevó por diferentes caminos. No obstante no vernos físicamente, de una manera u otra, siempre supimos el uno del otro.
Seguí su trayectoria incansable, y pude ver que sus obras se fueron haciendo más figurativas. Paisajes urbanos, las plantas, las naturalezas muertas, los desnudos comenzaron a aparecer. Y siempre su color desbordante, la sensualidad de sus líneas y sus figuras, el desborde de su temperamento que unas veces la han llevado a un expresionismo pleno de vigor y exaltación. Otras veces, otros momentos, seguramente de mayor tranquilidad emocional, han hecho aparecer imágenes más ingenuas, llenas de sinceridad y candor. Esto último, sobre todo lo podemos apreciar en muchos de sus dibujos y grabados, cuando el color no desata el ritmo de su pasión. Hoy Diana, luego de tantos años, ayer casi, sigue pintando, escribiendo, amando la vida y sigue regalándonos su arte
Santiago Raigorodsky, Artista plástico y escritor, Barcelona, España
Arq. Rodolfo Luis Klainsek:
La pintura de Diana es especial, durante su camino en el arte transitó desde lo abstracto a lo mágico pasando por lo figurativo. No siguió "las reglas", hizo solo lo que sentía. Pintó naturalezas muertas, paisajes con lunas, algunas verdes otras no, que siempre la acompañan. También soles muy especiales, logrando paisajes casi dorados.
Su obra siempre fue colorida, y se acentúo cuando estuvo radicada en Brasil. Donde descubrió una naturaleza de hojas grandes, cielos muy azules, casas desdibujadas, construidas según su imaginación. Sus críticos dicen que construye, destruye y vuelve a armar sus obras, creo que es así.
Diana nació amando la pintura, sea óleo o acrílico, los maneja con maestría. Le gusta dibujar rostros, cuerpos, sea en carbonilla o lápiz. También ha creado con tintas y pasteles unos desnudos muy especiales, con todo el fuego que tiene adentro.
Mueve sus manos con pasión al tallar la madera, o amasar la arcilla. Yo la vi. Tiene un sueño no realizado: hacer esculturas en fundición o soldadas. Todo creador tiene siempre un sueño, como y cuando lo va a concretar, no lo sabemos. Yo siempre espero novedades de ella. Diana me sigue asombrando.
La pintura de Diana es especial, durante su camino en el arte transitó desde lo abstracto a lo mágico pasando por lo figurativo. No siguió "las reglas", hizo solo lo que sentía. Pintó naturalezas muertas, paisajes con lunas, algunas verdes otras no, que siempre la acompañan. También soles muy especiales, logrando paisajes casi dorados.
Su obra siempre fue colorida, y se acentúo cuando estuvo radicada en Brasil. Donde descubrió una naturaleza de hojas grandes, cielos muy azules, casas desdibujadas, construidas según su imaginación. Sus críticos dicen que construye, destruye y vuelve a armar sus obras, creo que es así.
Diana nació amando la pintura, sea óleo o acrílico, los maneja con maestría. Le gusta dibujar rostros, cuerpos, sea en carbonilla o lápiz. También ha creado con tintas y pasteles unos desnudos muy especiales, con todo el fuego que tiene adentro.
Mueve sus manos con pasión al tallar la madera, o amasar la arcilla. Yo la vi. Tiene un sueño no realizado: hacer esculturas en fundición o soldadas. Todo creador tiene siempre un sueño, como y cuando lo va a concretar, no lo sabemos. Yo siempre espero novedades de ella. Diana me sigue asombrando.
Jorge Costa Peuser:
"Dotada su pintura de estilo declaradamente poético, se muestra sensible y en cierto modo aferrada aún a ciertos sanos modelos de la infancia, a su inocencia y a su candor; emplea el color en escalas discordantes, trabaja la materia con levedad y delicadeza. Y su diseño es nítido y armonioso."
Jorge Costa Peuser- Buenos Aires - 1996
"Dotada su pintura de estilo declaradamente poético, se muestra sensible y en cierto modo aferrada aún a ciertos sanos modelos de la infancia, a su inocencia y a su candor; emplea el color en escalas discordantes, trabaja la materia con levedad y delicadeza. Y su diseño es nítido y armonioso."
Jorge Costa Peuser- Buenos Aires - 1996
Alberto Massuda:
Veo casas con atmósfera de luna, de noche.
En donde la luna esta desafiando a todo el mundo. La luna puede ser verde y también podría no ser redonda !!!. Ese desafio, ésa teoria nueva, da belleza al trabajo. Siento que Diana es una persona muy sensible. No tiene orientación, ella tiene su propio lenguaje nadie sera orientador de ella. Tiene su propio mundo. Ella elimina la temática, la composición. Porque quién esta haciendo todos estos trabajos, esta con un estado de alma bien cargado. Ese estado de alma es el que determina la composición, el código que va a usar. Disciplina TODO.
El camino de Diana Napolitano es el abstracto, pero con elementos de paisajes y naturalezas muertas. De repente .. Va a preguntarse: ¿Dónde estoy?, ¿Quién Soy? ... Va a precisar entonces volver a retratar su persona a través del desnudo o de la figura. Lo más importante es la mancha abstracta, no usando demasiados elementos, para no repetirse. Ella precisa no tener DUALIDAD. Diana precisa de vez en cuando hacer un análisis, un test, una prueba, para saber donde esta parada, hacer un autorretrato y siempre va a estar dentro de ése retrato o desnudo"
Alberto Massuda - Río de Janeiro 1980
Veo casas con atmósfera de luna, de noche.
En donde la luna esta desafiando a todo el mundo. La luna puede ser verde y también podría no ser redonda !!!. Ese desafio, ésa teoria nueva, da belleza al trabajo. Siento que Diana es una persona muy sensible. No tiene orientación, ella tiene su propio lenguaje nadie sera orientador de ella. Tiene su propio mundo. Ella elimina la temática, la composición. Porque quién esta haciendo todos estos trabajos, esta con un estado de alma bien cargado. Ese estado de alma es el que determina la composición, el código que va a usar. Disciplina TODO.
El camino de Diana Napolitano es el abstracto, pero con elementos de paisajes y naturalezas muertas. De repente .. Va a preguntarse: ¿Dónde estoy?, ¿Quién Soy? ... Va a precisar entonces volver a retratar su persona a través del desnudo o de la figura. Lo más importante es la mancha abstracta, no usando demasiados elementos, para no repetirse. Ella precisa no tener DUALIDAD. Diana precisa de vez en cuando hacer un análisis, un test, una prueba, para saber donde esta parada, hacer un autorretrato y siempre va a estar dentro de ése retrato o desnudo"
Alberto Massuda - Río de Janeiro 1980
Walmir Ayala:
"E una romántica, o que vale dizer consente a flama. Pinta paisagens naturezas martas, fiares. Mas ela confere aos seus trábalhos, primeiramente, un timbre de pesquisa: comencou con manchas onde se pressentiam formas figurativas, depois ordenou, depoís desordenou um pouco. O gesto, a mancha, a tinta emotiva, a pincelada generosa, vestiram estas paisagens,quease sempre brasileira, que ela vem campando ao gasto do olhar e da técnica. E uma pessoa vibrante, que pinta casarios desertos mas humanizado. Recebemos sua pintura com a rnesrna alegría como que é feita, com grito ou gemido de rnais um ser que se detém sobre os desstres do mondo e, com pudor, desdobra urna paisagen onde a angústia se trasnforma em caminho, em teto, en vegetacao opulenta, em agua e céu reverto. Cabe-lhe este direito, sobretudo pela sinceridade e pertinacia com que testemunha."
Walmir Ayala - Río de Janeiro - 1979
"E una romántica, o que vale dizer consente a flama. Pinta paisagens naturezas martas, fiares. Mas ela confere aos seus trábalhos, primeiramente, un timbre de pesquisa: comencou con manchas onde se pressentiam formas figurativas, depois ordenou, depoís desordenou um pouco. O gesto, a mancha, a tinta emotiva, a pincelada generosa, vestiram estas paisagens,quease sempre brasileira, que ela vem campando ao gasto do olhar e da técnica. E uma pessoa vibrante, que pinta casarios desertos mas humanizado. Recebemos sua pintura com a rnesrna alegría como que é feita, com grito ou gemido de rnais um ser que se detém sobre os desstres do mondo e, com pudor, desdobra urna paisagen onde a angústia se trasnforma em caminho, em teto, en vegetacao opulenta, em agua e céu reverto. Cabe-lhe este direito, sobretudo pela sinceridade e pertinacia com que testemunha."
Walmir Ayala - Río de Janeiro - 1979